Le Cock
Si hay una coctelería con solera en la capital, esta es sin duda Le Cock. Lo abrió Emilio Saracho en este palacete francés en el año 1921 con estética de club inglés, y a pesar de que el local se ha remodelado varias veces, siempre ha querido respetar ese aire original de techos altos, madera antigua en mesas y barra y sofás de sky, que le aportan un cierto toque de elegancia pasada de moda que lo hace inconfundible entre las coctelerías de la capital. Lo regentó Pedro Chicote, quien diez años después abriría su propio local en la parte delantera del mismo edificio, después de la guerra lo compró y usó como reservado de su local principal donde se podían ver a las grandes estrellas de los años 40 y 50 entregándose a la coctelería sin miramientos. Dicen que a través de su preciosa chimenea se comunicaban ambos locales, pero es un rumor falso, lo cierto es que sí podía verse a algún político del régimen más relajado de lo habitual.Más información en este enlace
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