Olé Lola, tasca & chill
Olé Lola es una tasca sí, pero se aleja mucho de
la idea de tasca convencional con olor a fritanga, camarero atacado de los
nervios, y una apretada barra donde apenas puedes dejar la caña y el plato de
aceitunas. Aquí se lleva lo cañí, pero con un toque
sofisticado y glamuroso ¿y cómo se come eso?, pues con mucha
imaginación y buen gusto.
No hay duda que la principal protagonista de
Olé Lola es la decoración, una mezcla de tradición y
modernidad que reinventa por completo el concepto de tasca. Luces
indirectas, abanicos a modo de lámparas, peinetas decorando los respaldos de las
sillas, cojines por doquier, cuadros donde posan toreros, mantillas, cupletistas
y folklóricas entre una decoración de vanguardia pero con temática a la
“española”. Jesús Pedraza, su chef, tampoco ha querido
ofrecer una cocina típica al uso, sino más bien, también pretende
reinventar la tapa. Presentaciones que dejarán boquiabierto a
más de uno y originalidad ante todo en tapas de toda la vida;
bravas, berenjenas fritas con salmorejo, croquetas de la abuela, alcachofas a la
plancha o mini hamburguesas de pollo y foie con compota de tomate, sin dejar de
lado los arroces melosos elaborados con pulpo o pato, foie y setas.
Y, para que no falte de nada en una tasca
española, los sábados y domingos al medio día te proponen arroz &
fandango.
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