Travelling Bar
Nunca ha estado de moda, el Travelling Bar superó esa barrera hace tiempo, casi desde que se abriera hace casi tres décadas. Cuando la movida madrileña estaba en pleno apogeo y el barrio de Lavapiés se llenaba de actores, fotógrafos y músicos de aquella generación, el Travelling Bar no sucumbió a los encantos de los 80, en los que los neones y las pinturas fosforescentes eran las reinas de los bares oscuros de la capital. Siempre ha sido y será, un bar de carretera cool del sur de Estados Unidos en pleno Lavapiés, con estanterías dominadas por las botellas de alcohol hasta el techo y miles de recuerdos colgados en las paredes como matrículas viejas, carteles de películas y fotografías de artistas emergentes que buscan un local dónde exponer su obra y una barra en la que apoyar un codo cambiando impresiones hasta las tantas de la madrugada.Ver artículo completo en este enlace
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